- Sigue una delgada Linea - (Parte II)

- Sigue una delgada Linea - (Parte II)


Aviso

Antes de nada decir a la posible gente que lea esto hoy, que no tiene ningún sentido hacerlo sino se ha leído el anterior.. es una continuación del otro relato... asi que casi prefiero que ni sea valorado sino se ha leído el anterior antes, no por nada, sino porque no tiene ningún sentido.... Lo digo para no hacer perder nunca el tiempo a nadie....! Gracias

Parte II

Aroma


.......El aroma a Alcornoque árbol típico de Extremadura, del que se saca la corcha, y casi toda la vida, la gente de él, ha dependido, las jaras, que tienen un aroma penetrante y embriagador y hasta la ropa en pocos minutos se prenda de él. Todo, hacía que te dieran la bienvenida, como si de un sitio encantado se tratará.
Pareciese que retrocediéramos en el tiempo.. Mi primo y yo los dos llenos de ilusión, de imaginación desbordante, que detrás de cada sombra, encontrábamos una historia de terror..


Tradición


Cambiábamos por 31 días nuestras costumbres de la ciudad, para dar paso a aquella magia, que aquel pueblo siempre impregnaba. La comida era en pucheros, mondongas, comineras, patateras, buches, todo productos típicos de este pueblo, de las matanzas, que todos los años había y en la que todo se aprovechaba, en el pueblo había vida por los cuatro costado, era lo más puro, virgen,, nada que ver con la ciudad..
La cocina de butano, se convertía en brasas! Unas brasas que a las noches todos junto a mi abuelo alrededor de la lumbre, nos contaba historias, fantasiosas, pero que para nosotros, viendo su edad, y el respeto el cual le tenía... a pies puntillas creíamos.
Esa noche subiendo ya todo a dormir, a los altillos de la casa, donde veías las vigas del tejado y como alguna que otra lagartija o salamandra, salía a nuestro encuentro para vernos dormir, haciendose participe también de nuestros sueños y pesadillas...tejados de uralita, que por la noche y con los cambios de temperatura crujían, cualquier ruido extraño era ya más que un motivo para empezar a fantasear y hacernos pasar miedo.
Todas las casas eran casi replicas unas de otras, no había ninguna que desentonara con su hermana adosada.

Así empezábamos los primeros días, nos aclimatábamos, como diría el otro a aquella época, idéntica a la nuestra a tan solo unos kilómetros, pero tan diferente y llena de costumbres impensables en la ciudad! Bien pronto por la mañana, el olor del roció entraba por la ventana, fresco, intenso y puro! Olvidábamos de año, en año ese olor, no existente en la ciudad!
Pero allí era el primero en visitar, después nuestra, abuela desde el zaguán, nos daba un grito
- A desayunar...! - El café y los churros están listos… - Decía mi abuela
- Churros¿? …. - Le decía yo a mi primo con cara de soprendido

Café y churros que era eso en la ciudad? Por aquel entonces en la ciudad, al menos en la mía, no existían las churrerías, tan solo llegadas las fiestas había puesto de churros… Pero aquí era diario y además tradicional, incluida, con a quien le tocaba la porra, (parte final del churro) Unos decía que al que le tocará, tenía que pagar.. Bueno nosotros por aquel entonces, lo que menos teníamos, era dinero, justo justo, para comprar, algún flas de aquellos de fresa o cola, que costaban 5 pesetas.

Felicidad

El caso es que así nos levantábamos...no nos costaba como en la ciudad. Bajábamos a desayunar y allí, seguía, aquel olor a madera, a mesa camilla con brasero de brasas bajo su mantilla. Todo era como un escenario, totalmente diferente a lo nuestro.

Avanzando la mañana, la puerta del zaguán (Entrada a la casa y zona más frescas de ella) se abría y una señora mayor preguntaba por mi abuela, (era la lechera)
- Dios mío, lechera?-

Sí, señor, una señora con una mula, con alforjas y dos grandes bidones de leche a cada costado.. Nos traía la leche recién ordeñada, aquello era increíble, sacaba la leche de aquellas lecheras y que olor, era leche autentica pura, nada que ver con los tetrabrik de casa. Aquella señora, bien pronto de madrugada, sacaba la leche a las vacas!! Después, se recorría todo el pueblo, día si y el otro también, vendiendo leche de pura vaca. Nosotros no salíamos de nuestro asombro… todo era mágico.

Amistad

Después de haber desayunado y de haber charlado con la lechera, ya teníamos campo despejado, mi primo y yo aparte de ser primos, siempre hemos sido amigos, amigos, con la definición de cada letra de esa honrosa palabra, siempre con sus buenos y malos momentos, pero amigos hasta el final, como siempre decíamos, y seguimos haciéndolo pasados 20 años después.

Ya teníamos los deberes hechos y podíamos empezar a investigar por el pueblo. Salíamos los dos, con una mochila llena de ilusiones, una zapatillas deseosas de fundir kilómetros y con ganas de comernos el mundo. Qué tiempos aquellos, donde tu mayor preocupación podía ser, llegar tarde a comer, o saltarte los horarios.
Bueno así íbamos comenzando el día, siempre el primer día, nos recorríamos todo el pueblo, digo que es pequeñito, y no costaba mucho hacerlo, así que siempre lo hacíamos, buscando las cosas que podían haber cambiado.. la fuente del pueblo, los pilones de los animales para beber, las pequeñas reparaciones..
Que para nosotros, eran grandes descubrimientos, una carretera que de piedra, ya dejaba paso al asfalto de hoy en día y “galipo” para nosotros en aquellos años!! La verdad es que guardo tantos y buenos recuerdos, que la verdad creo que sería eterno el estar hablando de él!!

Sinceridad

Hoy lo hago, y muy a gusto la verdad!! . Seguíamos nuestras andanzas y recorríamos todas las calles del pueblo… estrechas, a modo de embudo casi diría, la verdad, es que en muchas ocasiones ciertas calles, eran tan estrechas, que pareciese, que ellas mismas te iban a atrapar.
Te envolvían con aquella magia, las calles pedregosas, aquellas lámparas, que solo en las películas tituladas como “antiguas” para nosotros eras capaz de ver, la paredes de las casas todas de cal blanca! Y como no!


Nosotros con nuestras imaginación que más podíamos pedir!!
Por aquel entonces tendríamos ya unos 15 o 16 años..... (Continuará....)