jueves, 14 de julio de 2011

- Sigue una delgada Linea -

- Mi Experiencia -


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Parte I
La verdad es que a veces…. Intentar trasmitir, sensaciones, vivencias, algo que en ti ha calado tanto, es mucho más difícil de lo que parece!. Es complejo, poder trasmitir, la pena, la alegría, la tristeza, siempre hacerlo en su medida, es muy difícil poder llegar a medir, lo que cada uno solo siente, y el receptor, pueda llegar a percibir, la mayoría de las veces, más de la mitad, se pierde por el camino!! Hoy pondré, todo lo que en mi mano esté, para intentar, haceros llegar, como disfrute, como es este pueblecito, que tanto me dio. Yo hoy, pondré todo mi empeño, en intentar hacerlo de la mejor manera posible!
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Localización

Os hablaré de un pueblito de Extremadura…. Un pueblito llamado San Vicente de Alcántara, pertenece a Badajoz, pero se encuentra sitiado por las fronteras de Cáceres y de Portugal! Es un pueblito, con unos 1500 habitantes, claro, que esto, allá por el año 1990 hoy en día ha crecido y bastante por cierto, perdiendo un poco su encanto, como pueblo. Un pueblo que le viene como pintado su nombre de comunidad de Extremadura! Ya que los veranos son de lo más calurosos y los inviernos, justo el extremo contrario fríos y duros con un viento helador!!
Bueno aquí llegue yo la primera vez, creo que con 2 añitos.. Poco consciente todavía por donde andaba, menos aún, de los maravillosos años que allí iba a vivir!
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Añoranza
Este es el pueblo de mis padres… Hace tantos años de esto, que me cuesta a veces recordarlo con claridad. Mis padres, como muchísimos en aquella época, emigraron al norte, es donde había trabajo, fue el mejor de los casos, muchos otros lo hicieron, pero al extranjero, yo tuve la suerte de que no fue así. Con lo cual por aquellos años, siempre se estilaba, volver al pueblo en los meses de vacaciones. No me voy a ir tan lejos en el tiempo… como las películas de Paco Martínez Soria, al cual siempre recordaré como una persona entrañable.
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Pero si, que estaban todavía, los Seat 127, los Seat 124 y así que llegado el mes de vacaciones, ellos retornaban a sus raíces.. Por supuesto, nosotros íbamos en el mismo paquete.. Así poco a poco pasábamos de las urbes, a lo más tradicional, a lo más básico.. Cuando empecé a ser consciente, no dejaba de asombrarme con los cambios tan radicales, que había entre la ciudad y el pueblo.
Así fueron pasando los años.. Cada año, mas mayor, con nuevas metas, con inquietudes diferentes, más ilusiones, más independencia y por supuesto, como de un padre nuestro (de antes), no había un verano que yo, juntos con mis padres y primos, dejáramos de ir a pueblo.. Eso era sagrado. Podíamos andar mal de dinero, pero eso se convertiría en que había que apretar el cinturón durante el invierno, y ahorrar como fuera, para el viaje de verano. Nunca dejamos de ir un verano al pueblo..
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Ilusión
Yo la verdad iba encantado, todo la magia que envolvía el pueblo, historias de miedo, de brujería, la gente que moría.. si sí, pareciera que en la ciudad nunca hubiera muerto nadie. No te enterabas de aquellas noticias, pero en el pueblo sí, todos los días se escuchaban las campanas.. Pero no las horas o los cuartos, era un toque especial, el de avisar a muerto.. Puede que esté equivocado en decirlo de esta manera, pero es lo que nos decía por aquel entonces nuestra abuela!

-- Fulanito a muerto!! Decía nuestra abuela.
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Nosotros asustado le preguntábamos como sabía eso? -Y decía que era por el sonido de las campanas.
Nada más lejos de la realidad, a mi abuela le habían dicho que el tal fulano se había muerto y que habría una misa a tal hora, pero mi abuela, nos contaba esa batalla, la cual, para nosotros era mágica, algo más sorprendente y solo típico de los pueblos, algo desconocido en la ciudad.
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La cual ya llenaba de imaginación nuestras cabezas! Así, poco a poco nos libamos haciendo mayores, cada vez más conscientes de las tradiciones, de lo diferente que era la gente de la ciudad a los pueblos!! Pueblos hay miles, millones.. Pero… cada uno tendrá el suyo especial, para mí era este, San Vicente de Alcántara, solo pasaba 31 días al año, el resto era en la ciudad, estudiar, los fríos y lluviosos inviernos del norte, la rutina diaria!! Pero eso, no me cautivaba para nada!
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Energía
Aquel pueblo, el olor que tenía nada más llegar, pasábamos en torno a las 13 horas de viaje, con calor, sin aire acondicionado, ni tantas comodidades, como hoy en día, pero era llegar y todos los males de aquel horrible viaje, muertos de calor, en una cafetera de coche (Seat 127, pero en aquel tiempo orgulloso de tenerlo). Se nos quitaban.. Recuperábamos las fuerzas de golpe!!....... ( continuará....)

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